Los responsables de recursos humanos de las empresas que se han adentrado en el ecosistema BIG DATA están ávidos de técnicos que dominen la materia. ¡No lo tienen nada fácil!

El año pasado me harté de leer que en el 2.015 se crearían en todo el mundo 4.400.000 puestos de trabajo para técnicos en big data. Supongo que alguien hizo el cálculo y todos los demás nos encargamos de difundirlo puesto que la cifra se repetía con pertinaz exactitud. ¡Se acababa de abrir la veda para la proliferación de seminarios, cursos, master y asimilados sobre la materia!

Si uno bucea en las páginas de empleo y busca ofertas de trabajo sobre big data nos encontramos con algunas cosas llamativas:

• Demandas a las que sólo se han apuntado 4 ó 5 personas. Si se hace una búsqueda parecida sobre vacantes de ingenieros nos encontraremos con cientos de postulantes.
• La ofertas se republican, lo que significa que en la primera intentona no se han topado con el «mirlo blanco»
• El más osado de los reclutadores pide 3 años de experiencia. Es una quimera el buscar personas con un bagaje más largo en este sector. Aunque no nos olvidemos que como antecesores tenemos el data mining y del data wharehousing, que sí cuentan con una respetable tradición. Cuando se trata de contratar ingenieros el encontrar peticiones de 10 años de experiencia no es rara avis. Y no se osa a pedir 20 porque queda mal cuando se busca gente con menos de 35 años.
• La oferta para puestos sin experiencia previa en estas tecnologías escasean.

A estas alturas del post más de uno habrá pensado que la solución pasa por formar a los técnicos dentro de la propia organización. Personalmente estoy de acuerdo, pero esta solución adolece de un par de problemas:

1. En no pocos casos el técnico se necesita para «ya», si está disponible para ayer, ¡mejor aún!

2. Existe el grave riesgo de formar a los empleados sólo para tenerlos en la competencia cuando apenas han sido productivos. ¡Todo un despilfarro!

Mal arreglo tiene el primero de los dos asuntos salvo que se efectivamente encontremos, si no a nuestro mirlo blanco, al menos uno gris muy clarito. Somos consciente de que si la empresa tiene un pedido en las manos y con unas fechas pactadas de entrega a respetar (cosa bastante saludable por otra parte) efectivamente no se va a disponer del tiempo necesario para la formación ergo… ¡Houston, tenemos un problema!

En cualquier caso no hace falta tener poderes sobrenaturales para adivinar que en el plazo de un año casi todas las empresas del sector big data / business inteligence ya se habrán tropezado con un problema que tienen también en el baloncesto: falta personal. Hoy es el momento de darle una solución.

Respecto al segundo punto sólo me queda recordar una famosa frase del no menos famoso Henry Ford: «Sólo hay algo más caro que formar a las personas y que se marchen: No formarlos y que se queden»