Juventocracia

JASP vs Juventucracia

En el año 1.995 un publicista se invento el concepto de JASP: “Joven Aunque Sobradamente Preparado”. El acrónimo hizo más fortuna entre los televidentes que el propio mensaje publicitario. Personalmente aún me acuerdo del significado de JASP pero para saber qué anunciaban he tenido que recurrir a San Google de los Desmemoriados. El vídeo se puede ver en este enlace: https://www.youtube.com/watch?v=rJrsUnxLlpo

Cambiando de tercio, hace poco un consultor en temas de TIC me dijo que en los sectores tecnológicos primaba la “juventocracia” y por lo tanto también en el Big Data. No creo que el término lo acuñase él, y lo digo porque en Twitter existe el hastag #junventucracia. No me parece necesario explicar su significado.

J.A.S.P-En el camino de vuelta a casa después de la consultoría con este experto no podía dejar de pensar en un articulillo que nos había pasado un profesor de un MBA cursado más de 20 años atrás. Posteriormente revolvería entre mis papeles añejos y “voilà” ¡¡aparecería el escrito!! Transcribo su contenido:

“Un recién graduado en un master recibió una oferta de trabajo en staff, debiendo someterse a una selección consistente en realizar un estudio de un grupo con el que no tuviera relación. Tomó como ejemplo una orquesta sinfónica, presentando el siguiente informe:

  1. Durante períodos considerables los cuatro oboes no tienen ocupación alguna. Por tanto, puede reducirse su número, repartiéndose el trabajo a lo largo del concierto. Se eliminaría así su inactividad.
  2. Los veinte violines tocan exactamente las mismas notas, produciéndose una duplicación innecesaria que aconseja reducir. Caso de desearse mayor volumen de sonido puede hacerse mediante aparatos electrónicos.
  3. El equipo es obsoleto. En el programa del concierto se indicaba que el violín del solista tenía varias centurias de antigüedad. Aplicando una depreciación normal el valor sería nulo y por tanto, podría adquirirse un equipo más moderno.
  4. Se dedicaba demasiado esfuerzo a tocar fusas, lo que parece un refinamiento innecesario, aconsejándose se redondeen a las semicorcheas más próximas. De esta manera, sería posible utilizar más principiantes y operarios de menor categoría.
  5. Con frecuencia, los operarios utilizan la mano para sujetar los instrumentos, mejorable con algún artilugio que permitiría disponer de las manos para hacer otro trabajo. También se ha observado un excesivo esfuerzo por parte de los individuos que tocan los instrumentos de viento, lo que pudiera sustituirse por un compresor de aire para todos ellos en condiciones controladas y con mayor precisión.
  6. Finalmente, algunos pasajes musicales parecen repetirse demasiado. Podrían recortarse, ya que no tienen ningún objetivo útil la repetición con instrumentos de viento cuando ya se han realizado con instrumentos de cuerda. Si se eliminasen todos lo pasajes repetitivos, la duración total del concierto podría reducirse a veinte minutos y no habría lugar a intermedios”.

Durante el mismo trayecto también vendría a mi memoria un caso que me habían contado semanas atrás. Se trataba de una persona que participó en un proceso de selección para un puesto de técnico Junior en el sector Big Data. Su formación incluía dos carreras, varios masters, idiomas y muchos años de experiencia en puestos de responsabilidad en empresas privadas. Evidentemente esa persona ya no iba a cumplir los 50 años. La empresa de selección le incluyó en una terna para que el cliente final eligiese el candidato que considerase más oportuno. El puesto se lo llevó alguno de los otros dos componentes de la terna.

Quien me contó la historia desconocía la mayor o menor valía de los otros dos aspirantes, pero sí que disponía algo más de información. Lo primero es que los otros dos candidatos eran jóvenes y les hicieron una entrevista personal. Lo segundo es que al candidato maduro lo único que le preguntaron fue su fecha de nacimiento y lo hicieron sólo través de un e-mail.

Juventocracio
La “juventucracia” no viene a ser más que el reinado de los jóvenes frente a la gente madura sin tener en cuenta quién puede aportar más valor a la empresa. La juventucracia significa elegir por la edad y no por la valía de la persona; elegir al recién graduado aún a riesgo que si tiene que analizar orquesta sinfónica lo haga sin saber solfeo y sin ninguna sensibilidad hacia aquello sobre lo que dictamina. La junventucracia no es más que una nueva forma de discriminación y como toda discriminación es perjudicial no solo para la persona discriminada sino para el conjunto de la sociedad que deja ociosos unos activos que se pueden poner al servicio de todos.

Cuando llegué finalmente a casa me puse a pensar en una nueva palabreja, con un concepto subyacente sobradamente útil para muchas empresas y de buen seguro a toda la sociedad española, MASP: Maduros Aunque Sobradamente Productivos.

Es muy probable que no haga tanta fortuna como JASP.

Autor: Fco. Javier González de los Reyes-Gavilán

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