Monigotes, bolas y barras

Ecosistema Big Data en Román Paladino (2ª Parte)

En el post anterior vimos cuan prometedor parece el mercado Big Data y las dificultades con las que se encuentran las empresas dentro del sector tecnológico que desean incorporar este tipo de servicios a su catálogo. Pero ¿cómo es la vida de aquellas otras organizaciones que sí tienen experiencia en estas tecnologías y sí que están en disposición de ofrecer servicios aquí y ahora? ¿Es más sencilla su vida?

Sólo grandes clientes. No se desciende a capas inferiores

Puede ser su vida más o menos llevadera, pero también tienen sus problemas. La escasez de técnicos les atenaza en sobremanera.

Los grandes proyectos tienen algo en común con los de menor tamaño: la falta de tiempo y la escasez de recursos. Además en los temas tecnológicos el cliente tiene la insana costumbre de ir cambiando especificaciones según avanza el proyecto. No muta de igual forma los plazos de entrega por lo que las fechas deben mantenerse.

Cuando se vive inmerso en la vorágine de un proyecto informático y este empieza a dar claras muestras de ir con retraso casi la única solución plausible es la contratación de personal adicional para que se puedan cumplir los compromisos de entregas. Si los refuerzos se necesitan fundamentalmente para picar código o la realización de tareas similares es necesario encontrar con presteza personas preparadas para que sean productivas desde el minuto uno. No es en absoluto el momento de descubrir promesas que tras un tiempo de formación pueden ser muy rentables a la empresa. ¡NO!, es el momento de encontrar ¡YA! a la persona con la experiencia adecuada. Evidentemente hay que tirar de chequera.

Escritorio colaborativoLo anterior se refiere al día a día del desarrollo de la actividad de la organización. Sin embargo esta abundante escasez de técnicos Big Data tiene alguna consecuencia adicional en lo referente a la estrategia que los directivos deben pergeñar en lo referente a su actuación comercial y el segmento de mercado objetivo. La primera de ellas es que este tipo de empresas actualmente se dedican en exclusiva o casi a los grandes clientes como pueden ser las entidades bancarias, empresas de seguros, grandes grupos de retail, operadores de móviles etc. Con estos clientes menudean los proyectos jugosos. No es el momento de descender a otras capas de clientes. Entre todos los integrantes del sector no logran abarcar el mercado que ofrecen estos grandes clientes.

Los comerciales tienen capacidad de aumentar las contrataciones pero del lado del desarrollo no se dispone de los recursos humanos suficientes. La buena noticia es el bajo nivel de competencia puesto que hay más trabajo por hacer que medios para llevarlo a cabo y por lo tanto no se producen grandes peleas para hacerse con un nuevo encargo. Al menos el margen comercial es interesante.

El avance de las implantaciones Big Data no sólo se ve frenada por la falta de técnicos, la seguridad es otra cuestión a tener muy en cuenta, o más exactamente el tener que lidiar con los responsables de la seguridad informática de los clientes. Hablamos de tecnologías muy novedosas y por lo tanto tendrán más fallos de seguridad que otras más maduras. Las aplicaciones las desarrolla una empresa pero el cliente deberá implementarla en su sistema. Si hay un fallo grave de seguridad se podrá ver comprometido todo el sistema y de eso se tiene que hacer cargo el responsable pertinente del cliente. Este señor o señora va a poner un montón de “peros” a cualquier cosa que se quiera hacer, a cualquier tipo de acceso a su sistema informático.

De nuevo nos encontramos con grandes riquezas por recoger y pocos braceros. La diferencia en este caso es que los pedidos llaman a la puerta y no se les puede abrir. Eso para los que tenemos espíritu emprendedor y alma de comerciales es algo muy duro de sobrellevar.

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